martes, 6 de octubre de 2015

De la razón y las hormonas

Normalmente soy una persona bastante racional. Si una amiga me preguntara qué opino sobre métodos para inducir el parto naturalmente (subir escaleras, limpiar cristales, homeopatía y demás), le respondería que en general me parece que no tienen demasiada base científica, que la mayoría de los niños estadísticamente vienen después de la fecha prevista, y que yo sopesaría bien las ventajas y riesgos antes de decidir inducir el parto artificialmente.

Esto es lo que yo diría.

Ahora bien, lo que he hecho cuando la nena ha decidido acomodarse pasado el día D... ha sido abrazar la más absoluta irracionalidad. Me he comprado té de hojas de frambuesa y bebido más de tres tazas al día. He paseado hasta quedarme exhausta. He obligado a mi media naranja a sesiones de sexo diarias, cosa que no sucedía practicamente desde la Erasmus. No he utilizado homeopatía, porque quería mantener la ilusión de seguir siendo fiel a mí misma, y he perdido esa ilusión en el momento en que pronuncié la frase "luna llena, superluna y eclipse. Esta noche nace seguro".

Y no. No ha servido de nada.

El lunes nos encontramos en el hospital, manteniendo esa temida charla sobre las ventajas e inconvenientes de inducir el parto artificialmente. Mi media naranja y yo nos habíamos preparado para esto. Llevábamos una lista de preguntas que queríamos hacer y la idea de esperar dos días más antes de forzar la cosa. Al fin y al cabo, el límite no es algo exacto, es más como la fecha de caducidad de los yogures. Lamentablemente la conversación no fue precisamente la educada disquisición basada en datos estadísticos que habíamos esperado:

-A partir de la semana 41, las posibilidades de que el bebé se muera aumentan exponencialmente
-Vale. Inducimos. 

Me gustaría decir que a partir de ahí me comporté de un modo lógico y coherente con mis ideas. No. No ha sido el caso.

Lo que yo te diría sobre las drogas, en concreto la epidural, es que Dios nos dió opiáceos por una buena razón. Te diría, ¿a qué no se te pasa por la cabeza hacerte un empaste sin anestesia? Para mí, el parto sin anestesia es como una maratón, algo que lleva al cuerpo al límite sin más meta que un subidón temporal de endorfinas, el poder decir "lo hice" y en ocasiones una camiseta.

Pues de algún modo me hice convencer para meterme en una bañera caliente hasta que fue demasiado tarde para las benditas drogas. Incluso después de inisistir en que yo salía de la bañera en cuando estuviera disponible el anestesista, por algún motivo acabé dejándome poner en lugar de la gloriosa epidural, ese placebo de mierda que en teoría te relaja. No sólo eso, sino que insistí en que me dieran otra dosis, a lo que la comadrona debió pensar, "pobriña...".

Así que nuestro pequeño experimento europeo 2.0 ha nacido, como diría mi madre, a lo hippy. Lo bueno es que estoy disfrutando de un subidón de endorfinas que ríete de las drogas de diseño. Mi amor por todo el mundo es ilimitado. No puedo parar de repartir abrazos. Además puedo mirar de tú a tú a todas esas checas que me miraban a mí con horror por sugerir que un parto es lo suficientemente desagradable como para no despreciar las opciones que nos brinda la farmacología y decirles que sigo pensando lo mismo, y aunque de momento nadie me ha regalado una camiseta no descarto hacerme yo una. Esto es, antes de que se me pase el efecto de las hormonas, vuelva a convertirme en una persona razonable, y sea plenamente consciente del absurdo que me rodea ahora mismo. 

6 comentarios:

  1. Si encargas la camiseta me pido otra! No sé , lo la fecha del parto siempre te dicen que es aproximada y que el plazo que esperan los médicos siempre ha variado. Pero claro si te ponen entre la espada y la pared es normal que te olvides de tus convicciones y te dejes hacer. Me alegro de que la pequeña ya esté en este mundo y que su madre se encuentre tan fuerte que puede sentarse y escribir un post en su blog!

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    1. Muchas gracias! No creo que haya una próxima vez, pero si se diera el caso por lo menos en el tema de la epidural daría instrucciones a mi media naranja para que se pusiera muuuuy violento y me consiguiera mi dosis ;)

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  2. Si me das tu dirección, yo te mando la famosa camiseta de Bob Marley en plan fumeta con la frase "Yo parí sin epidural"... :-)

    Y por cierto, enhorabuena por 2.0!!

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    1. JAJAJA muy buena esa. Además leo que lo de los maratones a ti te mola tanto como a mi. Muchas gracias por la oferta, yo mi dirección te la doy encantada, pero me parece demasiado, mujer. Ahora, si tienes el diseño, lo pongo en el blog encantada!

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    2. Hecho. Me ha quedado un diseño, que estoy por comercializarlo :-)

      Dirección de correo?

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    3. nata.r.m@gmail.com Muero de impaciencia :)

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